A los 88 años de edad falleció Rafael Pedroza Hornedo, quien fungió durante 35 años como Oficial del Registro Civil del municipio de Zacatecas, y desde 2022, al anunciar su retiro, conservaba el título con el carácter de emérito.
El servidor público nació un 20 de noviembre de 1935, en Ojocaliente, y fue en 1986, a invitación del entonces alcalde, Raúl Rodríguez Santoyo, cuando inició su responsabilidad como Oficial del Registro Civil, cargo que mantuvo durante el mandato de 13 presidentes municipales constitucionales y 4 interinos.
Tuvo facetas conocidos por pocos, como su afición al canto, que lo llevó a ganar algunos concursos en la capital del país, en particular en la XEW.
Durante décadas de labor incansable, asentó cada año un promedio de 3.600 nacimientos, 650 matrimonios y 760 actas de defunción, lo que le dio 3 grandes dimensiones a su tarea: el registro de la vida, la promoción de la felicidad y el registro del recuerdo de los seres queridos que se van.
En septiembre de 2022, el alcalde Jorge Miranda Castro le otorgó el título de Oficial del Registro Civil Emérito, por haber marcado un precedente y un legado, no sólo en el municipio, sino en todo el estado.
En esa ocasión, su hijo Pablo Pedroza señaló que cuando llegó a ejercer el cargo se encontraba vigente con un Código Familiar que definía al matrimonio como “la unión
de un hombre y una mujer”, y esa definición se fusionó con sus convicciones personales.
“Tuvieron que pasar 35 años literalmente y el ciclo que hoy terminas, para que esa definición cambiara en Zacatecas a matrimonio como “la unión de 2 personas‟, pero eso ya será otra historia”, comentó.
Y es que Rafael Pedroza se vio envuelto en polémica al haberse negado a oficiar matrimonios igualitarios, ya que su concepto de matrimonio seguía siendo el tradicional a pesar de los cambios sociales a nivel global, lo cual le generaba simpatías ante un sector de la población, no así ante la comunidad LGBTTTIQ+ que defendía sus derechos.
En medio de ese parteaguas en el ejercicio de sus funciones y a los 87 años, Pedroza Hornedo decidió separarse de una carrera en la que se convirtió una institución para muchos trabajadores, dejando un legado en el Ayuntamiento capitalino y ahora, a su muerte, en la memoria de los zacatecanos.