Volvió al convento de los franciscanos la imagen de la Virgen María en una peregrinación que partió de la Catedral de Zacatecas. A fin de evitar aglomeraciones, la tradicional peregrinación se evitó al transportarla en una camioneta.

Decenas de fieles la acompañaron hasta el bulevar. A su llegada a Guadalupe, cientos de personas, aunque mucho menos que otros años, la recibieron para acompañarla hasta la entrada del Convento de Guadalupe, donde la cargaron en hombros por varias calles.

A su paso, en las iglesias repicaban las campanas mientras los devotos cantaban y aplaudían. Al terminar la vialidad García Salinas, bandas de guerra de cofradías de las morismas de Guadalupe desfilaron junto con danzantes.

En el Jardín Juárez se realizó una misa antes de resguardarla en el templo, donde permanecerá por un tiempo antes de volver a salir para realizar un recorrido por las parroquias de Zacatecas y Guadalupe.

Es una imagen de escultura pequeña tallada en madera, en estofado del siglo XVII, cuyos primeros registros históricos se tienen en 1677. A partir de 1707, fray Antonio Margil de Jesús nombró a la imagen de escultura de Guadalupe como su Santísima Prelada del Colegio o Convento de Guadalupe.

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