Los 40 policías municipales de Ojocaliente están arraigados en la Villa Deportiva, a un costado del estadio Francisco Villa, en Zacatecas, mientras son investigados por presuntos nexos con la delincuencia organizada.
Ojocaliente se halla sin policías, en su lugar algunas patrullas de Tránsito y Vialidad y de la Policía Estatal Preventiva realizan recorridos en la cabecera municipal para vigilar.
La comandancia de la policía permanece cerrada y los vehículos de la corporación policíaca están estacionados afuera.
En tanto, en la Villa Deportiva se ha montado un operativo con policías estatales y ministeriales para mantener arraigados a los preventivos.
Habitantes de Ojocaliente mencionaron que la inseguridad en este municipio es preocupante, pues los comerciantes de algunos establecimientos deben pagar cuotas al crimen organizado y se comenten robos de vehículos con total impunidad.
Además, dijeron, cada vez son más los jóvenes que sirven de “halcones” o vigilantes del crimen organizado para informarle lo que pasa en ela cabecera municipal, que lo mismo pueden estar en una esquina recostados tranquilamente o ser vendedores de pan callejeros.
EL ASESINATO DE LOS DOS POLICÍAS
Los cuerpos de los policías Antonio y Rafael Zavala Proa, de 24 y 29 años, respectivamente, fueron encontrados en un Volkswagen Jetta, color azul, con placas de Aguascalientes y vidrios polarizados este martes en la ciudad de Aguascalientes.
De acuerdo a un boletín de las autoridades de Aguascalientes, Antonio Zavala estaba de vacaciones en Ojocaliente, de partió el lunes por la mañana en compañía de su esposa, dos hijos y sus suegros.
En el camino sufrió un accidente que le dejó a su vehículo dos llantas ponchadas.
En el automóvil con el que se impactó había dos personas, que antes de darse a la fuga en otro vehículo, que los recogió minutos más tarde, hicieron una llamada “al comandante”.
Luego de cambiar los neumáticos, Zavala y su familia llegaron a una gasolinera donde el oficial que conducía una patrulla de la policía municipal les pidió que esperaran, debido a que el titular de corporación acudiría a hablar con el oficial.
Sin embargo, momentos más tarde llegaron al lugar cinco camionetas Lobo a bordo de las cuales iban sujetos encapuchados que, tras confirmar la identidad de Zavala Proa y que éste tenía un hermano que también era policía, entregaron a los familiares un celular mediante el cual se les informaría dónde recogieran al elemento, ordenándoles retirarse del lugar.
Los parientes de Antonio Zavala se dirigieron a las instalaciones de policía de Ojocaliente, imaginándose que los encapuchados pertenecían a esa corporación, a fin de recoger ahí a Antonio, pero se les dio a conocer que el titular había girado órdenes de que Zavala se retirara del lugar y que no fuera detenido.
Según la descripción que la familia hizo de los sujetos, los vehículos y la manera en que arribaron, se sospecha de que se trataba de “Zetas”.
La familia llamó a Rafael, quien al terminar su turno en la Secretaría de Seguridad Pública Estatal de Aguascalientes, después de las 10 de la noche, se fue en busca de su hermano a Ojocaliente, siendo eso lo último que se supo de él hasta que fueron encontrados los cuerpos, con muestras de tortura y el tiro de gracia.
FOTOS: LEONARDO MORENO
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