Este año es la segunda ocasión que celebramos el Día mundial de las abejas, desde que fue declarado como tal por la Organización de las Naciones Unidas el 18 de octubre de 2017.

Dicha fecha coincide con el natalicio del apicultor esloveno Anton Janša, pionero de la apicultura moderna en el siglo XVIII, autor de los libros “Discusión sobre apicultura” y “Una guía completa para la apicultura”.

Las abejas son los mayores polinizadores del planeta, especialmente importantes para la agricultura y los ciclos naturales de reproducción agrícola.

Lamentablemente esa armonía se ha roto gracias a los efectos del cambio climático, al uso irresponsable de insecticidas, semillas transgénicas y el monocultivo que las ha puesto en peligro de extinción.

La polinización es el proceso de transferencia del polen que hace posible la producción de semillas y frutos.

Se calcula que en México se han perdido en los últimos 4 años 1.600 millones de abejas en promedio, con graves repercusiones en la polinización y en la producción de miel.

En la actualidad somos el séptimo país productor de miel a escala global, así como el tercer exportador más importante, después de China y Argentina.

La miel mexicana actualmente se vende en Europa, Estados Unidos, Arabia Saudita y Japón; además en el país existen unos 43 mil apicultores que trabajan 1.9 millones de colmenas.

150 mil de dichas colmenas se utilizan para la polinización de cultivos frutales y agrícolas, de las cuales también se aprovecha la cera, jalea real, propóleos y polen.

Cabe destacar que la Corte de Justicia de la Unión Europea ha prohibido la comercialización de mieles que contengan polen de origen transgénico no autorizado, por ejemplo el maíz MON 810 de la empresa Monsanto.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha pronunciado en contra del uso de semillas y alimentos transgénicos, como ha corroborado Víctor Suárez Carrera, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria.

Además el gobierno federal ofreció paquetes alimentarios para insectos, hizo entrega de abejas reina a pequeños productores, prohibió el uso de sustancias tóxicas e incentiva el consumo de miel entre la población.

Se pretende que Profeco tenga un control más exhaustivo de su comercialización y su posible adulteración.

Es fácil adicionarle a la miel otros azúcares, como la glucosa comercial, el azúcar común o el jarabe de maíz de alta fructosa, cuya apariencia es parecida a la de la miel; hay un caso similar con la leche y el atún que recientemente fue inspeccionado.

Por lo que toca al ‘Crédito Ganadero a la Palabra’ es de destacar que este programa opera en los principales estados productores de miel, como Jalisco, Yucatán y Campeche.

Mediante el programa se entregan abejas reinas, núcleos y cera estampada para apicultores y empresas consideradas como pequeños productores, todo con el fin de seguir impulsando esta actividad.

Con el repoblamiento apícola estamos combatiendo la extinción de estos importantes polinizadores, al mismo tiempo que mejoramos las condiciones económicas y sociales de las y los apicultores.

Esto permite que futuras generaciones puedan acceder al bienestar social sin comprometer al medioambiente.

Con estas y otras acciones celebramos el día mundial de la abeja, hagamos consciencia de nuestra responsabilidad con el planeta, pues estamos a tiempo de cambiar la historia.

 *Coordinador de Ganadería del Gobierno Federal y exsenador.

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