Jueves 18 Abril 2024

Reestructura y austeridad: incongruencia del gobierno federal

A lo largo de la historia de este país se ha documentado infinidad de información con respecto a las crisis económicas y financieras por las que ha atravesado, sus causas y consecuencias, desde la primera de ellas en 1883 (Arteaga, 2012), hasta la que se vive en la actualidad.

Evidentemente, cada una de las crisis ha presentado distintos grados de severidad y características propias, pero siempre con un conjunto de factores que se relacionan entre sí y que se incrementan, como los gastos de la burocracia, la desigualdad social y la pobreza.

Actualmente México enfrenta -al igual que muchos países- una desaceleración económica que lo ha llevado a realizar un significativo recorte en su presupuesto, que ha hecho se reestructuren sus programas sociales, se eliminen plazas de la administración pública y se plantee un periodo de austeridad.

Pese a contar con la información suficiente y de enfrentar la misma situación, los patrones de conducta del gobierno y gobernados, como lo establece la historia, siempre son los mismos: un régimen que se dice preocupado y establece políticas de austeridad, pero que ha despilfarrado enormes cantidades de dinero.

Es un gobierno que adopta modelos que no corresponden a las expectativas y necesidades de una sociedad que se encuentra en condiciones absolutamente desiguales y en la que se incrementan los niveles de pobreza, injusticia e inseguridad, pero que debe pagar impuestos para que sus dirigentes mantengan ese ritmo de gastos.

Poco crecimiento económico
Estamos en el último trimestre del año y la economía mexicana no ha tenido, ni tendrá, el crecimiento esperado debido a una serie de variables, como la caída en los precios del petróleo, la inseguridad, los conflictos sociales, el alza en las tasas de interés y las condiciones económicas globales, por lo que para el 2016 el panorama presupuestal del país, aseguran especialistas en la materia, será complejo.

El gobierno actual tendrá que mover a México con un presupuesto muy ajustado a la nueva realidad que se enfrenta: un entorno de incertidumbre financiera.

Desde principios de este año el titular de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray, no dudó en asegurar que se llevaría a cabo una revisión completa para determinar "en qué se están gastando los recursos que provienen de los impuestos de los mexicanos".

Y como parte de esta revisión, el gobierno federal ya ha iniciado una reestructuración programática de aquellos proyectos que no cumplieron con sus propósitos; a la fecha ya fueron descartados 56 de ellos y fusionados 261 para dejar solo 99.

De los mil 97 programas presupuestarios vigentes para el 2016 se ha planteado emplear solo 851.

Dicha reingeniería del gasto público se realiza por medio de una metodología que han denominado "presupuesto de base cero", y la cual consiste en una revisión completa al mismo presupuesto, de su estructura programática, así como la de las áreas o dependencias de gobierno que duplican funciones o que ya no cumplen con el objetivo para el que fueron creadas.

Por tal razón se ha recortado un estimado de 15 mil puestos de trabajo en la administración federal, de los cuales 7 mil corresponden a puestos fijos y 8 mil a eventuales, para así tener un ahorro aproximado de 7 mil 98 millones de pesos.

Aun cuando estas acciones generan un ahorro considerable, las declaraciones de Luis Videgaray resultan verdaderamente ilógicas por el cargo que representa ¿Será posible que el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no sepa en qué se gastan los impuestos de los mexicanos y que para ello deba realizar una minuciosa investigación, que seguramente implicará una gran inversión de dinero y tiempo?

Gastos exagerados en diputados y senadores
Es de dudarse que no tenga los datos de que este año cada uno de los 128 senadores de la República tendrá un costo presupuestal de 7 millones de pesos, superior al de cada uno de los 500 diputados federales, que de acuerdo con los anexos del Presupuesto de Egresos de la Federación 2015, el Senado distribuirá entre sus bancadas mil 156 millones de pesos, mientras que entre los diputados se repartirán 980 millones 775 mil pesos.

Es decir, cada uno de los 128 senadores representará un gasto anual total de 9 millones 38.916.36 pesos, mientras que cada uno de los 500 diputados federales implicará un egreso de un millón 961 mil 550.54 pesos. Cada senador será 7 millones 77.365.82 pesos más caro que un diputado federal.

En el caso del Senado, la partida que recibirán los grupos parlamentarios aumentará, por lo acordado el 10 de diciembre pasado como dinero destinado a traslados y viáticos, así que la partida anual es de 51 millones 333.409 pesos que se entregarán de manera directa a las bancadas.

A estas cantidades habrá también que sumarles los contratos por la adquisición de pan y pasteles finos, así como consumibles de cafetería, que dan un total de 5 millones 110.960 pesos; los primeros de ellos tan solo para ser consumidos por un periodo de 5 meses.

Para el periodo de abril a junio de este año, el Senado de la República ya despilfarró 4 millones 146.740 pesos en 88 boletos de avión de legisladores y trabajadores que acudieron a otros países a congresos, sesiones, reuniones parlamentarias y cumbres mundiales, duplicándose el número de viajes internacionales en comparación con el primer trimestre del 2015.

De acuerdo con el informe que publicaron en conjunto la Secretaría General de Servicios Administrativos, la Tesorería y la Unidad de Pago a Senadores, se revela que ocho de estos boletos costaron más de 100.000 pesos.

Y por si no fuera poco con los sueldos, viáticos y comestibles, el Senado suscribió un contrato por 392 mil pesos para la adquisición de 400 corbatas y 400 mascadas de seda, que además fueron diseñadas -a petición- en colores rojo, azul, amarillo y verde, distintivos de los grupos parlamentarios y con el logotipo que distingue a esta Cámara.

También se otorgaron a cada legislador 250.000 pesos para un automóvil nuevo y 25.000 para una computadora, con egresos totales de 35 millones 200.000 pesos.

Estas son solo algunas de las cosas en las que se gastan -porque es imposible llamar a esto inversión- los impuestos de los mexicanos: en legisladores que no da los mejores resultados a la sociedad que representa, que por si fuera poco es la única que soporta las medidas de austeridad de este gobierno.

Dichas medidas que también fueron refrendadas por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, durante su mensaje del tercer informe de actividades y en el que puntualmente dejó claro que era momento para que las autoridades se "apretaran el cinturón" y para que el gobierno "gastara menos y gastara mejor".

Y así es como los han venido haciendo; legisladores y el mismo presidente gastan mejor, pero no menos, dejando su política de austeridad como una prueba más de sus medidas y reestructuras incongruentes.

El Senado de la República derrochó 25 por ciento más en el pago a los legisladores y trabajadores de la Cámara en los primeros 6 meses de este año, en comparación con el mismo periodo del año pasado.

También aumentó 40 por ciento su rubro de materiales y suministros, actuar que para nada resultan seguir bajo esa dinámica de "estrictas medidas de austeridad".

Ni Peña Nieto respeta llamado a la austeridad
Ha sido el mismo Enrique Peña Nieto quien no ha respetado ese llamado a la austeridad, al destinar 410.5 millones de pesos para la compra del avión presidencial, que además generó -por sus características físicas- la necesidad de adecuar el hangar, por lo que para ello se erogó, en un principio, la cifra de 945 millones 599,450 pesos.

Pronto esta cantidad fue modificada y según reportes de la Secretaría de Hacienda, se prevé que la obra costará poco más de 977.7 millones y solo tendrá 5 años de vida útil, es decir, el gobierno destinará 195.54 millones de pesos anuales para estos rediseños.

De acuerdo con los reportes de gastos de comunicación social de las dependencias y entidades de la administración pública federal, ha gastado en propaganda oficial más de 21 mil millones de pesos en un periodo de 31 meses y en solo 2 años gastó 104 por ciento más de lo erogado en el sexenio de Vicente Fox.

Solo en 2013 el gobierno federal gastó 8 billones 161 millones 770.224 pesos, en el 2014, 7 billones 315 millones 967.646 y en los primeros 7 meses de 2015 ha gastado la cantidad de 6 billones 247 millones 309.544 pesos.

En total, la actual administración federal ha gastado en "comunicación social" 21 billones 725 millones 047.414 pesos, lo que da un promedio de 700 millones de pesos mensuales en propaganda oficial, un gasto diario de 23 millones de pesos.

Dichas cantidades resultan ser gastos absurdos y deberían ser igualmente sometidos, lo mismo que todos los egresos generados por la legislatura, a esa metodología de presupuesto de base cero con la que el actual gobierno ha estado trabajando a lo largo de todo el 2015, como estrategias para evitar mayores problemas durante el 2016 por la desaceleración económica global.

Gastos incongruentes y más pobreza
Absurdos e incongruentes resultan todos estos despilfarros al revisar los niveles de pobreza que hoy tiene el país, pues de acuerdo con lo informado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en México hay 2 millones más de pobres.

Actualmente, 55.3 millones de mexicanos viven en esta situación de vulnerabilidad y los estados más afectados son: Morelos, Campeche, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Estado de México, Sinaloa, Coahuila, Hidalgo y Baja California Sur.

Entonces, si se destinara un millón de pesos por cada habitante pobre de este país para educación, salud y/o alimentación, el gobierno entregaría 55.3 millones de pesos, 13.7 millones menos que lo que el presidente de la República gasta en solo tres días en imagen y comunicación social.

Mientras el congreso de este país consume 5 millones 110.960 pesos en pastelillos finos y café durante solo 5 meses, 11.4 millones de mexicanos no tienen ni para comer.

Si esta cifra fuera a la inversa y en lugar de dar aperitivos a solo 628 personas en las legislaturas durante 5 meses, considerando el sueldo mínimo que es de 70.10 pesos, un aproximado de 72.910 mexicanos tendrían para dar más de una comida al día durante un mes completo.

La situación de la sociedad mexicana es una realidad llena de desigualdades, en la que, al parecer, las medidas de austeridad no son aplicables para la élite de poder, que ha generado que la deuda pública del país haya incrementado 10 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) en 4 años; es decir, que mientras en el 2012 la deuda representaba el 38.5 por ciento del PIB, para 2016 se espera crezca entre un 47 o 48 por ciento.

De seguir así, los especialistas prevén que para el año 2030 podría llegar a representar el 90 por ciento de la producción del país.

2015 fue el año de crecimiento, pero no financiero, sino en gastos de gobierno
El 2015 no será el año esperado para México en términos de crecimiento económico y financiero, pero sí para los enormes gastos del gobierno federal en aviones, remodelaciones, sueldos, viáticos, comunicación social.

Y aun cuando mucho de esta situación económica se debe a la desaceleración económica global y a la caída en los precios del crudo, lo cierto es que las medidas establecidas por el gobierno no son suficientes para aminorar el difícil panorama que prevén para el próximo año.

Dada la nueva realidad presupuestal de México, la actual administración ya ha hecho una reestructuración programática, ha eliminado plazas de la administración pública que no cumplían con los propósitos para los que fueron creados, pero no ha sido suficiente para lograr los ahorros que sumen a contrarrestar los recortes presupuestales que tocarán todas las áreas sociales.

Y ni con el señalamiento hecho por el dirigente del país para conducirse bajo una "estricta austeridad", a fin de utilizar eficazmente los recursos de los ciudadanos, le aportan a esta situación.

Por el contrario, tal parece que este gobierno se inmortalizará -entre muchas otras cosas- con aquel refrán tan popular entre la cultura mexicana de: "Del dicho al hecho, hay mucho trecho", porque su disciplina económica de austeridad y reestructuración se traduce en "gasto bien y gasto mejor", porque la austeridad y los recortes son para el pueblo.

Un pueblo que mientras se ve aquejado por esta realidad de incertidumbre económica, sus legisladores han erogado 25 por ciento más en sueldos durante los primeros 6meses de este año y aumentaron 40 por ciento su rubro de materiales y suministros.

Tenemos un presidente de la República que ha gastado en propaganda oficial más de 21 mil millones de pesos en un periodo de 31 meses, es decir, un promedio de 23 millones de pesos diarios.