Viernes 19 Abril 2024

Jorge Soto, la peligrosa vía rápida. Última parte

Ultima parte: Agujas del pajar

Bienvenidos. Hace días visitamos el muro fronterizo y seguimos su ruta para presentar la parte III de este Testimonio de la Frontera: El muro oxidado.

Elegimos ese título por razones literales pero, en el fondo, el óxido abundante simplifica metafóricamente las condiciones que encuentran muchos migrantes mexicanos y latinoamericanos. En concreto, corrosión económica y política.

Extraemos nuestros testimonios diluídos en el caos y su peligroso cauce. Son, en muchos sentidos, carta abierta al exilio silencioso, testimonios particulares que describen la realidad fronteriza y migratoria.

Esta parte final  recoge las conclusiones de la memoria de su protagonista, Jorge Soto, que ha venido a ser como los demás testimonios, el preciado hallazgo. Por ahora, a saber, seguiremos buscando agujas, porque quedan más por encontrar.

Agujas del pajar
La última vez que estuvimos en el muro fronterizo con Caléxico, California, Jorge, Agustín y yo caminamos hasta desembocar en las calles del viejo centro de la ciudad. Tiene aspecto pueblerino, pocas calles trazadas en cuadras simétricas donde abunda el comercio, las cantinas y algunos bancos que aprovecharon las cualidades que ofrece la urbanización de una ciudad en desarrollo.

frontera-1Su contraste ofrece un panorama violento, los 'table dance' abren sus puertas a las bacanales y el debraye. Apenas, cruzando la calle hacia el bulevar López Mateos, se dibuja la pintura urbana, pinceladas trazadas en auténtica modernidad. El otro rostro de la ciudad. La parte antigua permanece por algunos lugares descuidada, no goza del cuidado estético por lo que conserva el misticismo mítico propio de los lugares insignes en todas las ciudades.

Al atravesar el centro pensé en esa cualidad que tienen las calles citadinas, como si guardaran sabores, olores y colores. La historia que huele y la mirada que recuerda e imagina.

Jorge y yo compartíamos la acera mientras platicábamos de su estancia en Estados Unidos:

“Cuando estuve en Los Ángeles conocí poca gente americana. Los mexicanos se multiplican cada vez más y parece que no deja de llegar gente. Lo gacho, ¿sabes que es? –me dijo-, que son más los que intentan pasar”.

Me llamó la atención porqué le resultaba gacho. Con la solidez y seguridad que da la experiencia me contestó, “porque uno que ya conoce cómo corre el agua ya no se arriesga, los demás, la gran mayoría, terminan por descubrirlo luego de que han perdido el juego y la oportunidad”.

Me vino a la mente mi propia resistencia. Al igual que Jorge y tantos migrantes que se arrojan al desventurado trayecto por el desierto (quienes vienen del sur del país y del continente) deben procurarse atención para dos viajes, primero cruzar el país y después la frontera.

fronteraPensé cómo sería hacerlo. Ir sin nada, a paso cansado, pesado. Saber que no se dispone de nada y que todo habrá que ganárselo a costa de la inseguridad. Es difícil. Se corren muchos riesgos, la muerte asecha con su guadaña.

Entramos a la ciudad y todavía venía pensando en Jorge. Su travesía, sus conflictos como migrante, las dificultades que atravesó, las rachas malditas de inestabilidad económica. El 'homesick'. Extrañar a la familia. Se me ocurrió que se trata de una especie de autoexilio, un autoexilio doloroso, nostálgico pero inevitable para mucha gente.

“Somos tantos -me dijo Jorge-. Ni idea tienes de cuántos. Y cada uno podría decirte una cosa distinta, siempre batallando para la papa, unas veces en mejores condiciones, otras, gente que ya está ubicada, familiarizada con las ciudades y el idioma. Yo soy uno más, una aguja en el pajar.”

Cuando terminó de hablar sus palabras resonaban en mis pensamientos. Tenía razón. Yo lo había encontrado para conocerlo y, a pesar de que su historia de vida me parecía tan familiar como la otros testimonios, era tan particular y especial a la vez que su naturaleza me obligó a repetirle lo que acababa de decirme.

De tanta migración, cuántas agujas del pajar.

 

Parte I. El primer "Yorch"

Parte II: Los cruzados

Parte III: El muro oxidado

 

FOTOS: AGUSTÍN RAMOS

 

*Jonathan Conetl González es egresado de la Licenciatura en Letras por la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). Aunque es zacatecano actualmente vive en Mexicali donde realiza una investigación sobre el fenómeno migratorio. Terminó su primer libro de cuentos 'Palabras en primera persona' y el cuadernillo de poemas 'Distancias interiores'.