“Tiene pros y contras que un agente salga armado o desarmado”, declaró el secretario de Seguridad Pública, Jesús Pinto Ortiz, al hablar sobre las medidas de control para impedir que se cometan crímenes con armas de la corporación.

Explicó que los preventivos estatales son amenazados de forma constante y que desarmarlos cuando termina su turno “de cierta forma no conviene” porque también tienen familias a las que deben proteger.

Al interior de la Policía Estatal, aseguró el funcionario, hay la instrucción de que los mandos operativos estén vigilando el uso que se da al armamento.

El secretario reconoció que la vigilancia es necesaria para que no sucedan hechos como el asesinato de un joven, el pasado 20 de septiembre en la colonia Barros Sierra de la capital, durante un asalto en el que participaron dos agentes estatales.

Uno de los policías vinculados con el homicidio continúa prófugo.

Lastima corrupción en la corporación
“Cuando se está luchando por un prestigio, porque la gente vuelva a confiar en la policía, pasa algo como un muchacho que defiende a sus padres y un policía estatal lo mata, bueno, eso es para hundirse completamente”, dijo el general en retiro.

Los objetivos nacionales son los mismos de un hombre y de una empresa: seguridad, prestigio y bienestar, declaró Pinto Ortiz y agregó que un hecho como el del asalto en la colonia Barros Sierra “juega con el prestigio de la corporación y claro que sí lastima”.

Consideró que es difícil cambiar la mentalidad de los agentes e infundir la disciplina que se requiere para las tareas que desempeña la corporación a su cargo.

FOTO: OSVALDO MARTÍNEZ

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