Viernes 29 Marzo 2024

Indigna a fieles que quiten licencia a párroco de Ciudad Cuauhtémoc

Lo defienden como un buen sacerdote

Sin precisar las causas, la Diócesis de Zacatecas informó que el obispo Sigifredo Noriega Barceló le retiró la licencia al sacerdote Alfredo Cabral, quien no puede celebrar misas, bautismos, matrimonios y confesiones.

Ya había sido retirado de sus labores eclesiásticas en 2017 en Chetumal, Quintana Roo, generando las protestas de la comunidad de creyentes. En esa ocasión se mencionó que la decisión se tomó porque hacía misas de sanación.

“A pesar que hemos comunicado en privado al padre Alfredo, no ha respetado ni obedecido. Por este motivo nos vemos en la necesidad de publicar esta disposición para que no siga engañando a la gente haciéndoles creer que todavía está colaborando con permiso en la parroquia de San Pedro”, indicó en un comunicado la Diócesis de Zacatecas.

La decisión se tomó luego de escuchar a fieles y sacerdotes, aunque en el documento emitido este jueves por el vicario general de la Diócesis, Tranquilino Romero Franco, no se explica cuáles fueron los señalamientos.

Alfredo Cabral daba el servicio como padre en la parroquia de San Pedro Apóstol en Ciudad Cuauhtémoc, y al conocerse el comunicado en redes sociales los feligreses han expresado su malestar.

Además de pedir una explicación de la causa por las que se le quitó su licencia, expresan que el sacerdote se conducía de forma correcta con los feligreses, cumplía con las labores en la parroquia y atendía a quien lo necesitaba.

Una de las publicaciones en Facebook que tiene más reacciones a favor dice que “la iglesia debe perseguir a los pederastas y no a los sacerdotes que día a día buscan la santificación”, y califica al padre como un sacerdote santo, además de describir su apoyo a la comunidad católica y su manera humilde de vivir.

Ésta no es la primera vez en que Alfredo Cabral es retirado del servicio por sus superiores. En 2017 cuando estaba en la Diócesis de Cancún-Chetumal fue removido de la parroquia de la Divina Providencia en Chetumal.

En esa ocasión se informó que no estaba bien de salud, e incluso se le hicieron estudios psiquiátricos, en los cuales no se le encontró que tuviera algún padecimiento.

Los propios fieles de Chetumal protestaron ante el Obispado, el cual tuvo que dar marcha atrás a su decisión, pues salieron en su defensa y como ocurre ahora señalaban que era querido por la comunidad, a la cual ayudaba mucho.

En el escándalo en Chetumal se mencionó que había molestia ante su forma de trabajar y hacía misas de sanación, en las cuales había personas que daban testimonio de ver mejoras en su salud.