Debido a las secuelas del Covid-19 estaba hospitalizado y se encontraba en estado delicado por complicaciones en los pulmones. Había dado positivo al coronavirus el 8 de agosto y desde entonces su salud se había agravado.

Fernando Mario Chávez Ruvalcaba, de 88 años, aunque había recibido tratamiento en su domicilio luego de resultar infectado, comenzó a tener secuelas y desde el domingo 12 de septiembre se pedía por su salud cuando ingresó a un hospital.

El obispo Sigifredo Noriega Barceló, durante la celebración religiosa la mañana de este martes pidió por el obispo emérito, debido a que se encontraba en terapia intensiva en estado delicado Más tarde la Diócesis de Zacatecas hizo el anuncio..

“Con profunda pena, pero con la confianza puesta en el señor Jesús, Dueño de la vida, les comunicamos que el Excmo. Sr. Obispo Emérito D. Fernando Mario Chávez Ruvalcaba, ha sido llamado por Dios a su presencia

“Oremos por su eterno descanso y para que Dios reconforte en la esperanza cristiana a sus hermanos, familiares, amigos y a todos los fieles de esta Iglesia Particular de Zacatecas”, expresa el comunicado firmado por Noriega Barceló.

Fernando Chávez nació en la Ciudad de Zacatecas el 30 de noviembre de 1932, estudió en el Seminario Conciliar de Zacatecas y viajó a Roma para proseguir sus estudios. Fue ordenado sacerdote en 1961.

Obtuvo la licenciatura en Filosofía y se especializó en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Gracias a su formación fue designado para la formación de estudiantes en el Seminario.

Se desempeñó como capellán en diversas parroquias y en 1988 fue vicario general de la Diócesis de Zacatecas y miembro del Cabildo catedralicio de la Catedral de Zacatecas. 2 años después fue el responsable de preparar la visita del Papa Juan Pablo II a la entidad.

En 1997 entró en funciones como administrador diocesano de Zacatecas al quedar vacante el cargo, y en 1999 fue nombrado por la Santa Sede obispo electo de la Diócesis de Zacatecas, que dejó en 2008 por razones de edad.

Fernando Chávez Ruvalcaba promovió el Centro Hospitalario San José con instalaciones adecuadas, la formación permanente del clero, así como la especialización de sacerdotes en universidades europeas.

Sus últimos años los vivió en Guadalupe y se mantenía en contacto con el clero y los fieles, recibiendo a quienes lo desearan y acudiendo a diversas celebraciones litúrgicas, siendo un pastor cercano a su gente hasta sus últimos días.

Las honras fúnebres continuarán durante todo este jueves y hasta el mediodía del viernes.

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