Martes 23 Abril 2024

La civilización moderna perdió el respeto por la nauraleza: experta

Al centro, Arlette López Trujillo.A diferencia de las civilizaciones tradicionales, que vivían con la certeza de un tiempo cíclico cuyo funcionamiento debía asegurarse a veces con sacrificios humanos, la civilización moderna ha perdido la certeza del futuro.

Sólo se puede asegurar que la humanidad descubrió su “impredecibilidad” en el Siglo 20, afirmó la experta en biología y educación ambiental Arlette López Trujillo.

La exsecretaria de Medio Ambiente en el Estado de México e invitada como ponente a la Segunda Sesión de la “Cuarta Cátedra Nacional de Biología 2009”, organizada por la Unidad Académica de Biología Experimental de la UAZ, dijo que en la actualidad “existe una gran necesidad de renovar la sociedad y la cultura.

“Enfrentamos un alto deterioro de los ecosistemas y distorsión de todos los planos de los valores”, afirmó, lo  que se muestra con la alta concentración de los gases de efecto invernadero en la atmósfera ocasionados por el consumo de combustibles fósiles, la deforestación, la producción de electricidad y de cemento, el transporte, la agricultura y los rellenos sanitarios.

Habló de la civilización prehispánica, comentando que antiguamente la eliminación de los residuos no representaba un problema significativo ya que la basura biodegradable era destinada como alimento para animales, como abono o bien, se enterraba.

Asimismo, señaló que los Mayas impermeabilizaban con estuco los espacios en donde depositaban los residuos sólidos y mediante un manejo de canales orientaban los lixiviados a lugares en donde no contaminaran los cuerpos de agua.

Puso otro ejemplo del respeto que las civilizaciones que nos antecedieron tenían por el medio ambiente, recordando que en la cultura Mexica incluso tenían a Tlalzolteotl, la diosa de la inmundicia y de la basura, pero también de la fecundidad porque por medio del abono de la basura las plantan surgían y crecían en los campos.

Para comparar, dijo que en la actualidad los campos se quedan solos, la gente se concentra en las ciudades, que crecen y requieren de servicios, se instalan drenajes que se juntan con los ríos y encima ponemos una carretera “porque creemos que si no vemos las cosas estas no existen”.

La especialista añadió que es conveniente incorporar la licenciatura de biología de los contenidos formativos de la didáctica y la educación ambiental.

“Necesitamos reconocer y comprometernos a diseñar un nuevo orden social que considere que somos parte de un orden natural y los recursos naturales no pueden manejarse de manera aislada sin afectar a otros”.