La gobernadora Amalia García Medina entregó de manera simbólica a la comunidad zacatecana y a la Diócesis de Zacatecas el remodelado Templo de Santo Domingo del que se rescató su esplendor barroco.

Los trabajos se realizaron a lo largo de tres años, tiempo en que laboraron en el inmueble de manera ininterrumpida aproximadamente 200 personas.

García Medina hizo un amplio reconocimiento a la participación y apoyo del Gobierno de la República a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y de la Secretaría de Turismo (Sectur).

“Tanto en la ciudad capital como al interior del Estado cumplimos con el compromiso de preservar nuestro patrimonio, pero también con el respeto a la propia identidad de nuestro pueblo, con el reconocimiento a los derechos que le asisten a todas las personas, su derecho a creer, a manifestarse, a expresarse y a crear; con todos los derechos que nos asisten como seres humanos”, dijo.

La obra en su inicio tenía como alcance la restauración de los dos retablos principales, el dedicado a San Francisco Javier, al oriente, y el de la Virgen de Guadalupe, al poniente, así como la restauración total del piso de madera.

Sin embargo, al descubrirse otros deterioros como daños de la cimentación, deformación de columnas, desplomes en los muros y agrietamientos, se conoció la verdadera dimensión de lo que se requería para conservar esta joya arquitectónica, herencia representativa de las evangelizaciones franciscana y dominica.

Fue así que el gobierno de Amalia García convocó al mejor grupo de especialistas en la materia del país, encabezado por Roberto Meli Piralla y Enrique Santoyo Villa, quienes habían participado en el rescate de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México y de la Torre Inclinada de Pisa, en Italia.

Los principales trabajos fueron reforzar la cimentación de las ocho columnas que conforman las naves, a las que se inyectó mortero y se les sustituyeron piezas para regresarles su funcionamiento estructural de origen.

También se realizaron trabajos en las bóvedas y la cúpula principal para consolidar la construcción a base de mampostería. Asimismo, se instalaron tensores de cable de acero en los ejes de las tres naves y se estabilizaron los muros del presbiterio y la nave transversal.
 

Los trabajos y obras complementarias fueron el rescate de la decoración interior de las bóvedas con base en los documentos de fotografía antigua así como en los vestigios encontrados, la rehabilitación de la rampa del acceso oriente y de la escalinata del acceso principal, así como la reposición y distribución de toda la red de instalación eléctrica e iluminación del templo.  

Se rescataron los bienes muebles que incluyen los dos retales ya descritos, así como la restauración de cuatro pinturas de caballete localizadas en la cúpula principal, que representan a los cuatro doctores de la Iglesia: San Agustín, San Gerónimo, San Gregorio Magno y San Ambrosio.

También se restauró la pintura dedicada a la Virgen de Loreto, todas ellas obras de uno de los pintores novohispanos más reconocidos: Manuel Cabrera.

El obispo Carlos Cabrero Romero, la restauradora Xochiquetzal Horta y Alfonso de María y Campos, director general del INAH, hicieron un público reconocimiento a Amalia García por la visión que tuvo de rescatar el templo de Santo Domingo.

Este plan representó un importante reto para salvaguardar el patrimonio cultural tanto de los zacatecanos como de los mexicanos y del mundo entero.

Después de un magnífico espectáculo de fuegos artificiales, la gobernadora celebró este acontecimiento en compañía de los zacatecanos en una tradicional verbena popular.

En ésta se presenció la fachada virtual del Ex Templo San Agustín, se degustaron antojitos mexicanos y se disfrutó de la interpretación de la internacional Banda de Música del Estado de Zacatecas.

FOTOS: LEONARDO MORENO

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