Jueves 18 Abril 2024

Rechazan estudiantes y organizaciones zacatecanos “Ley Golpista”

Exigen a senadores no ser parte de traición

Líderes del Frente de Estudiantes Zacatecanos Unidos (Fezu), el Movimiento Democrático Magisterial de Zacatecas (MDMZ), estudiantes normalistas de San Marcos y el Barzón emitieron su postura en contra de la Ley de Seguridad Interior que se pretende aprobar los próximos días en el Senado de la República.

En la explanada del Congreso local, Francisco Martínez, integrante del Fezu, leyó el posicionamiento en contra de la Ley que, dijo, tiene como objetivo militarizar el país, le abre la puerta a la violación de los derechos humanos y busca callar y reprimir la protesta social.

“Los estudiantes, campesinos, maestros y trabajadores desde Zacatecas nos unimos al llamado de cientos de mexicanos que el día de ayer salieron a las calles de la capital del país para rechazar esta ley, a la cual nosotros llamamos Ley Golpista”, expresó.

Exigimos a los senadores de la República que no sean parte de una traición que puede llevar al país al estado de sitio. Los llamamos a abrir los ojos a la realidad y los invitamos a indagar más sobre los efectos de una verdadera prevención en vez de la militarización y votar en contra de esta ley”, continuó.

Indicó que esta cuenta con muchas lagunas; un ejemplo es el artículo 8, que no aclara cuáles manifestaciones son consideradas violentas, qué se hará en el momento en que el Ejército intervenga en una manifestación, cómo intervendrá ni cuánta fuerza utilizará.

Francisco Martínez consideró que la ley viola los artículos 21 y 129 de la Constitución y disfraza sus acciones como “seguridad interior”.

Recordó que el Ejército desde 2006 enfrenta en las calles una guerra contra el narco que solo ha dejado más de 100 mil muertos.

Ahora la excusa sigue siendo la misma pero el único propósito es pintar las calles del país del color verde olivo para imponer nuevamente el fraude electoral en el 2018, y por ende aplicar la ‘ley mordaza’ a quienes se presenten y opongan oposición, indicó.

“Estamos cansados de tanta violencia y muerte, de tanta violación a los derechos humanos. No queremos otro Tlatelolco, otro Tlatlaya, otro Ayotzinapa, otro Atenco, no queremos un fraude más”, dijo el estudiante quien expresó su vergüenza de que algunos diputados locales no conozcan esta ley.

Dijo que respaldarán este pronunciamiento estudiantes de Aguascalientes, Querétaro y de la Central de Estudiantes Universitarios que aglutina a más de 35 mil estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam); igualmente se tiene un contingente de zacatecanos apoyando las protestas en el Senado.

“Una aberración”
Marcelino Rodarte Hernández, dirigente del MDMZ, dijo a su vez que es aberrante que se esté discutiendo en las cámaras alta y baja el militarizar al país, acallar las voces de igualdad, de justicia y de respeto con el Ejército.

“Todos estamos siendo perseguidos y si en épocas recientes no se han rendido cuentas de los asesinatos que ha cometido el Ejército en la ilegalidad, cuando sea legal pueda entrar a tu casa, retirarte y desaparecerte. A eso nos enfrentamos, ese es el destino para los que estamos aquí presentes”, expresó.

Añadió que el Estado tiene el instrumento de control. Consideró que el terrorismo de Estado y la delincuencia organizada son lo mismo, y en el fuego con fuego está cruzado el ciudadano común, el médico, el maestro, el estudiante, el ama de casa, el campesino. “Contra ellos viene esta ley y no va a pasar, porque estamos en tiempo de detenerla”, dijo.

Manuel Alvarado, del Barzón dijo que lo que se busca es que se instrumenten las 13 reformas y es una dedicatoria para todo el que esté inconforme, para que el país esté en calma y regale su voto en las elecciones de 2018, lo que calificó como grave y peligroso.

Debe preocupar a los diputados zacatecanos que todo el estado esté militarizado, en donde incluso una familia completa desapareció en Calera en manos del Ejército, destacó.

Añadió que esta medida hará más vulnerable al sector campesino, sumada a los bajos precios, el alto costo de los insumos y la falta de una política de apoyo al sector agropecuario.