Jueves 28 Marzo 2024

Imágenes de la muerte; un adiós que no es el último

“La muerte es sólo un paso más de la vida”, comentó la señora que pintaba de blanco la cruz de la tumba. Es su madre. Hace cinco años paso a ser parte de una ilusión más. El sueño profundo.

- ¿Cree usted en la resurrección de Jesucristo?


- Claro; él se levantó en espíritu,  no físicamente, por eso el Espíritu Santo y la Trinidad hacen posibles la creencia en Dios...

Sus palabras suenan confusas, algo como inventado y enseñado vagamente sustenta su creencia que la trae a rendirle tributo al ser amado que sigue existiendo aunque sólo sea en su corazón.

Un recuerdo profundo que desemboca en las lágrimas.  Aunque suene contradictorio. Es un motivo o razón cargada de fe para vivir.

La muerte, todavía, hasta el día de hoy sgue siendo un enemigo intocable, no hay alguna forma por medio de la cual se le pueda enfrentar. Es absurdo siquiera pensarlo. 

La resignación se presta como una vía de escape aunque el meollo del asunto sigue siendo la ausencia que aunque con el paso va atenuándose, sigue estando vigente de una manera trágica.

Pensar en no mirar ni aunque sea un segundo, un instante -un parpadear quizá-, de nuevo al ser amado, trae consigo un frío, un escalofrío intenso que recorre el espíritu, que cala en el espíritu.

El hombre en su interior sigue insistente en su aferramiento, terquedad -racional, irracional, qué importa-, de que la muerte no debería de ser el final de todo.

Su alma reclama trascendencia. Quizá no fue creado para morir. No se atreve a quitar ese quizá. Es sincero después de todo. ¿Si no, por qué esa añoranza por permanecer?, suele repetirse desconsoladamente en sus adentros. Un silencio sepulcral es su respuesta.

 

  

  

  

  

  

  

  

 

FOTOS: GUILLERMO MORENO