Esta representación que data del siglo XIX en honor a San Juan Bautista es un legado histórico y cultural que trasciende generaciones y crece cada año en participantes, convirtiéndola en una de las tradiciones más singulares en México y el mundo.

Durante 4 días, al concluir agosto, los miembros de la Cofradía de San Juan Bautista representan 3 escenas clave: el martirio de San Juan Bautista, las Cruzadas con Carlo Magno y los 12 Pares de Francia y, finalmente, la Batalla Naval de Lepanto de 1571.

Este año se tomaron los primeros 3 días de septiembre. Aunque hubo algunas lluvias y el clima amenazaba con empeorar, no mermó la asistencia y que los participantes se sumergieran en una representación teatral en la que la fe y la cultura se entrelazan.

Uno de los aspectos más destacados es el impresionante vestuario. Si bien hay tiendas especializadas, también es confeccionado laboriosamente por los cofrades o sus familiares para lucirlo en este evento de magnitudes monumentales.

A pesar de su crecimiento y popularidad, algunas voces han expresado preocupación por la pérdida de conocimiento sobre el origen y el significado religioso, que ha derivado hacia un evento más centrado en el entretenimiento.

Por ello, las autoridades de la Cofradía han tomado en los últimos años medidas disciplinarias para evitar situaciones como las peleas o que se truenen los rifles con pólvora en el Centro Histórico, además de que se cuenta con el apoyo de más elementos policíacos.

Las Morismas de Bracho, que forman parte de otras que se realizan en varios municipios y también participan en la capital, han establecido vínculos internacionales, incluido un acuerdo de hermanamiento con la Fiesta de Moros y Cristianos “Santas Justa y Rufina” en Orihuela, España.

Para capturar esta impresionante celebración te presentamos algunas imágenes que captan algunas escenas de la representación teatral más grande del mundo.