Cada año aumenta el número de actores en esta tradicional representación de la batalla de Lepanto y no solo es la más grande de México, sino que incluso podría ser la mayor a nivel mundial, indicó Francisco Javier Cortés Navia, cronista de la cofradía de San Juan Bautista.

Este domingo se tuvo un registro de 19 mil 632 participantes, quienes se reunieron en las Lomas de Bracho para hacer la representación que cumple 195 años y es una de las más antiguas de Zacatecas; con este número se superan a los 18 mil de 2017.

Durante 4 días varios de los cofrades acampan para esperar el día de la batalla final, previo a un desfile por las calles del Centro Histórico en el que lucen sus vestimentas de moros y cristianos, aunque también hay un pequeño grupo que llama la atención por sus vestimentas medievales.

El cronista recordó que la primera representación se hizo en 1823 con la Batalla de Lepanto y un siglo después se introdujeron escenas que forman parte del libro de caballería de Carlomagno y los 12 Pares de Francia, mientras que para 1937 surge la idea de introducir pasajes bíblicos de San Juan Bautista por ser el patrono que se celebra.

La vestimenta, observó, es anacrónica al introducir en los moros un uniforme que es de soldados que combatieron en la intervención francesa y cuya vestimenta fue traída por soldados que luchaban con el general zacatecano J. Jesús González Ortega.

Del lado de los cristianos, indicó Cortés Navia, el vestuario va desde los romanos, caballeros medievales, soldados de la Independencia de México y del periodo de Reforma, pero, aunque el atuendo es dispar, al final a todos los une la fe y la devoción a San Juan Bautista.

Además de los actores que participan, agregó, acuden a las Lomas de Bracho alrededor de 80 mil personas, lo que implica un alto costo para tener el área adecuada y con el debido mantenimiento, por lo que se requiere apoyo gubernamental para atender la demanda en estas fechas al ser insuficientes los recursos de la Cofradía.

Indicó que cada traje de los participantes cuesta entre 2.500 y 3.000 pesos, además que pagan su pólvora y la derrama económica en la venta de comida y artículos es importante, por lo que las autoridades deberían darle más impulso a esta tradición que es un acto de fe y cultural como ningún otro en el estado.

Aunque estaba nublado, este domingo no llovió, permitiendo que la representación se realizara y retumbaran los rifles que escupen pólvora para representar las batallas, en las que no faltan algunos altercados en el frenesí del combate.

El templo a San Juan Bautista muestra la devoción al estar lleno durante todo el día, algunos devotos llegan de rodillas para cumplir una manda al santo patrono, mientras alrededor hay una variedad de puestos.

Los actores que representan a los principales personajes desde meses antes se preparan, de igual modo se hacen varios ensayos previos y entre los integrantes de la Cofradía se llaman la atención para moderar el uso de la pólvora e intervenir si algunos en las batallas desbordan las pasiones.

Para quienes deseen conocer el pasado de esta arraigada tradición está un museo donde se muestran objetos usados antaño y fotografías junto con información de la historia, que mantienen los zacatecanos generación tras generación y no solo se extiende a la capital, sino también a otros municipios como Morelos, Vetagrande y Guadalupe, cuyas cofradías también participan.