Ubicada en el contexto de un reallity show, “La historia del amor por las tres naranjas” es una divertida y dinámica historia sobre un príncipe aquejado por múltiples males, que toda su vida la ha vivido en un mundo ficticio, el creado por la televisión y lo que le rodea, sin que lamentablemente se haya dado la más mínima cuenta.

La obra, que se estrenó en el Programa Nacional de Teatro Escolar, es una versión libre de Alejandro Román, dirigida y musicalizada por Alejandro Arce, quien tuvo el apoyo en la dirección adjunta de Iván Guardado y Claudia Solís, quienes estuvieron atentos en todo momento atentos al óptimo desarrollo del montaje, de manera previa y durante su debut escénico.

La trama de la obra gira en torno al reallity “La Vida Inutil del Príncipe Animado”, un joven que toda su vida la ha pasado en un set de televisión y cree que esa es toda la realidad, por lo que su ánimo comienza a decaer y enferma.

Proponen llevarle a un cómico que resulta patético; cierto día, por azares del destino, una bruja pasa por allí y se pelea con el patiño, lo que despierta las risas del prícipe y provoca el malestar de la hechicera, quien le lanza una maldición.

En ese momento comienza una divertida aventura que usted descubrirá, pero que ya en las y los alumnos de la Escuela Primara Soledad Fernández, tuvo un éxito contundente.

Las funciones de esta bien lograda puesta, tendrán lugar en el Teatro “Ramón López Velarde”, y están dirigidas a grupos escolares de nivel primaria, sin embargo la entrada es libre para las personas interesadas. Se la recomendamos ampliamente.

La obra presenta un gran dinamismo en las actrices y los actores, quienes se mueven, corren y saltan rápidamente de un lado a otro, lo que permite que las y los espectadores, en este caso, el público infantil, esté atento a todos los movimientos y evite un posible aburrimiento.

Lo anterior requirió de una exhaustiva preparación previa, para lo cual se

tuvo el respaldo de Alfredo Macías y César Ríos Legaspi, en los procesos de entrenamiento, acondicionamiento físico y asistencia de dirección.

La escenografía forma parte fundamental de la divertida puesta, ya que logra transportarnos a diversos espacios que van de un set de televisión a la casa de la malévola giganta Creonta, que detesta casi todo lo que le rodea.

El diseño escenográfico estuvo a cargo de Anabel Altamirano y Teresa Alvarado, mientras que el encargado de su realización fue Abraham Moisés Santiago.

La iluminación también juega un papel importante, ya que al estar en un programa de reallity televisivo, esta tiene que trasmitir las emociones que pretenden los productores; llamó la atención un seguidor juguetón que era utilizado por la Presentadora Excéntrica, joven actriz que destacó por su perfecta dicción, manejo corporal y escénico, uno de los personajes más carismáticos de la obra.

Durante el desarrollo del montaje, las actrices y los actores interactuaron con títeres de gran formato, mismos que también jugaron un papel importante en la obra; entre ellos encontramos al rey Trebol; a la prima del príncipe, Clarisa; a Leandro, su novio; a Esmeraldina, ayudante de la guionista; a un cura y un par de ratas, entre otros más.

Estos simpáticos y bien terminados fantoches tomaban vida gracias a la manipulación de los actores.

Su diseño fue realizado por Óscar Altamirano y Benjamín Barrios, quienes también se encargaron de diseñar el vestuario.

Las marionetas fueron realizadas por la Compañía Divádlo México.

En el vestuario, que también fue muy adecuado y pulcro, vimos desde la ejecutiva de un prestigiado grupo de producción, hasta la de la  bruja con una indumentaria que provocaba temor.

La Producción Ejecutiva de está obra teatral estuvo a cargo de Fernando Santiago, quien contó con la Asistencia de Adriana Ruíz.