Miércoles 24 Abril 2024

Leyendas por los barrios típicos de Zacatecas

Dentro del Quinto Festival Internacional de Narración Oral se realizó una callejoneada de leyendas, en la que participaron los cuentacuentos invitados y decenas de zacatecanos.

El punto de partida fue el museo Rafael Coronel, donde se dieron cita los tamborazos que acompañaron los dos recorridos.


Las agrupaciones interpretaron los temas bailables del momento durante las dos travesías por las calles y callejones de la ciudad, en donde los protagonistas narraron leyendas.

En el primer recorrido participaron Primo Rojas, Mónica Macías, Olga Regina Rodríguez, María Eugenia Márquez, Enrique Argumedo y Heber Banda.

María Eugenia Márquez platicó lo que pasó en 1914, un acontecimiento decisivo para la historia de México, la batalla entre federales contra revolucionarios.

El 23 de junio a las 8 de la mañana comenzó la guerra, y a las 3 de la tarde se definía quiénes eran los ganadores.

Con esta historia invitó al público a iniciar los recorridos de ambas callejoneadas.

Hacia el Callejón Lomas del Calvario, Heber Banda platicó que en 1870, en la Capilla de Jesús, el Padre Sixto Castillo comenzó hacer colectas para la construcción de un templo, con la ayuda de un niño al que llamaba Delgadito.

Tiempo después, el Padre murió de neumonía y llegó el Padre Narváez, a quien se le apareció el Padre Sixto Castillo para pedirle que terminara su misión.

Continuó el recorrido hacia el Instituto Zacatecano de Cultura, en donde esperaba Enrique Argumedo, quien dijo que en 1924, cuando el edificio era un cuartel, había un soldado llamado Juan Ramírez, que fue castigado en una celda oscura.

En esos días, su hermana lo visitó para informarle que su madre agonizaba; él suplicó que lo dejaran ir a verla, y el soldado que lo cuidaba, lo dejó.

Juan alcanzo a su madre viva, y ella le juró que siempre lo defendería de quien le hiciera daño, y murió.

Cuando regreso al cuartel, el general ordenó fusilarlo por incumplir la ley. Una mañana, encontraron al General decapitado, más nunca su cabeza, dicen que fue la madre de Juan, la que vengó la muerte de su hijo. Desde entonces el general busca su sesera.

Continuó el recorrido hacia la plazuela de San Francisco, donde Elvia Pérez sorprendió con una leyenda más; en Plaza 450, María Eugenia Márquez hizo lo propio, así como en plazuela de Santo Domingo Primo Rojas y en callejón del Cornejo Olga Regina Rodríguez.

En lo que fue el segundo recorrido, en la Fuente de los Conquistadores, se contó la leyenda del indio Tenamaxtle, por parte de la española Ana García, quien portaba un atuendo representativo de su lugar de origen.

El siguiente punto fue el callejón del Indio Triste, donde Teresa Puig, de Cataluña, vestida con un velo morado, que la cubría por completo, narró la historia de ese lugar.

El callejón de Luis Moya fue el escenario para Liliana Cinetto, allí los asistentes escucharon la leyenda de las Tres Cruces, en un divertido formato.

Pese a que es una historia trágica, la narradora argentina se encargó de ponerle chispa y picardía, lo que el respetable agradeció con un fuerte aplauso; Cinetto lucía un vestido largo de encaje y un peculiar sombrero.

Yoshi Hioki tuvo su participación con la leyenda de la Mala Noche en el callejón de las Campanas.

El japonés vestía un atuendo muy mexicano, que lo conformaba un sombreo charro y un zarape.

“Dice la leyenda que si una persona afila un cuchillo en la piedra negra, despertará sus más bajos instintos de asesino”, dijo Claudio Ledesma, narrador argentino.

Los presentes, emocionados, aportaron algo de sus conocimientos sobre el hecho que ahí aconteció hace bastantes años.

En el callejón del Mono Prieto, la historia, lejos de causar temor, generó ternura, pues se cuenta que un vecino tenía un mono, que los niños del barrio pensaban que era diablo, pues era travieso y con una mirada muy penetrante; la encargada de esta narración fue Rosa Martha Sánchez.

En el hotel Mesón de Jobito, Gabriel Martínez contó que el dueño de ese lugar, mataba a los hombres más guapos de la ciudad, cuando se sentía rechazado por ellos, ya que su preferencia sexual era muy criticada en esa época.

Esta fue la última leyenda del segundo recorrido, el más concurrido, debido a que fue el menos pesado.

En la Alameda Trinidad García de la Cadena convergieron nuevamente los recorridos de esta callejoneada de leyenda.