Miércoles 24 Abril 2024

Cálida y divertida presentación de Liliana Cinetto

El miedo provoca múltiples sensaciones y alertas ante las cosas que pasan a nuestro alrededor; cuando invade a una persona, es muy difícil de controlar; para esto solo hay una solución, el buen humor que provoca risa, con la que se olvida tanto el miedo como las preocupaciones.


Esto se vivió en la Nave del Museo “Rafael Coronel”, escenario principal del Quinto Festival Internacional Narración Oral Zacatecas 2009, en el que cada noche se presenta un espectáculo de gala, como fue el caso de la argentina Liliana Cinetto, quien presentó “Cuentos que hielan la sangre (para dormir el miedo)”.

Liliana, al arribar al escenario comentó que para esa ocasión tenía preparado cuentos que hielan la sangre, pero al ver el clima, cambio sus historias por unas que durmieran al miedo, con un elemento mágico, la risa.

Diversas tonalidades de iluminación, un espacio lleno de espectadores que se dieron cita y un clima demasiado frío, propiciaron un ambiente adecuado para las divertidas narraciones, que complementó con sus gestos y lenguaje corporal.

A lo largo de una hora, Cinetto compartió 4 historias, que fueron: “Barba Azul”; “La historia japonesa”, del francés Pepito mateo; “La mascara de pepino”, de su autoría, y “Camam Bursi”, de un autor argentino.

“Barba Azul” deslumbró y conquistó a una bella joven con fiestas muy elegantes y una boda de sueños; la llevó a su casa y un día, la joven abrió un lugar donde encontró tierra y muchos huesos humanos, al escuchar que su esposo llegaba, salió y colocó las llaves fuera de su lugar.

Para su desventaja, este las buscaba, y al no encontrarlas en su lugar, la llamó y le preguntó dónde y porqué no estaban en su lugar, por ello, la joven sufrió malas consecuencias, ya que le dijo que donde había entrado, estaban los restos de sus anteriores esposas, y que ella terminaría igual.

Esta historia terminó en que la joven mató a Barba Azul, y se quedó con su fortuna, misma que aprovechó de la mejor forma; tiempo después se casó con un hombre que no tenia la barba azul.

En “La historia japonesa”, impartió una clase básica de japonés, para que las y los asistentes le apoyaran en su desarrollo. Durante la narración, hizo que el respetable riera todo el tiempo, no solo por las palabras japonesas que se usaron, sino por su singular forma de platicar.

Finalizó la velada con la historia de un compatriota argentino, la levantó a todas y todos de sus asientos u les puso a bailar, a la vez que disfrutaban la historia de una piedra y un cangrejo bailarín; a la vez que formaban parte de la historia, disminuyó el frío que se sentía.