Viernes 19 Abril 2024

Jorge Soto, la peligrosa vía rápida. Parte II

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Parte II: Los cruzados

Bienvenidos. En la primera parte de este Testimonio de la Frontera conocimos al “Primer Yorch” Jorge Soto, la peligrosa vía rápida; joven entusiasta que recopiló experiencias, que se formó un carácter. Vimos en él la cualidad juvenil, ruta que todos andamos; el furor del aprendizaje callejero, la desventura del primer amor, el escozor de riñas escolares, el despertar a la conciencia del embuste al que también recurrimos o el goce del primer encuentro amoroso. Un soplo de la memoria juvenil remite irrevocablemente a esas etapas.

Esta ocasión, en la parte II: Los cruzados, evocaremos una etapa menos frágil e ideal. El terreno en llamas, el caos y la penetración del entorno en que enfrentamos la realidad. Jorge Soto nos relata el descubrimiento del mundo que está fuera de la protección materna, al abrir la puerta del hogar al mundo, incivilizado y conflictivo.

Los cruzados
Jorge me invitó unas cervezas. “Aprovechamos que te cuento cuando estuve de pollero”, dijo. Vivimos en ubicaciones opuestas de la ciudad, él está más al norte. Acordamos vernos en un casino, justo a mitad del camino de ambos. Ni él ni yo gastaríamos mucho tiempo en transporte. “En ese lugar ofrecen una cerveza michelada muy buena”. Acepté con gusto.

Llegué con algunos minutos de retraso. Jorge había finalizado su primer cerveza. “No te iba a esperar afuera y aquí adentro no estaría sin pedir nada”, justificó el haberse adelantado a los tragos.

Su personalidad describe un perfil noble. Es un poco serio aunque siempre atina a responder con soltura a cualquier comentario. Cuando refiere sobre su vida no conoce la duda. Tiene muy presentes las fechas, los días y la forma en que sucedió la historia que cuenta. Goza de jugar con sus relatos, intuición narrativa que utiliza para llamar la atención de su interlocutor. Lo noté por la manera como contó la parte que ahora presento. La mesera me había llevado la primera cerveza, cortesía del mismo Jorge, cuando comenzó a charlar. Quería colaborar para mi testimonio, su ímpetu era evidente.

Antes de dar el primer trago describió con exactitud quirúrgica un episodio con que se granjeó mi atención. “Te diré, trabajaba por temporadas. Pero conocía mucha gente. Un día, El Pescado me buscó. (Luego relató la trágica muerte de éste). Me invitó a cuidar de sus “pollitos”. “Nomás necesito que los cuides mientras llega el levantón”, ese era el trato con El Pescado, dijo. Luego recurrió a una explicación. Me comentó que según su amigo el plan era sencillo: según parece, el anfibio era un pollero experimentado y conocía muchos caminos. Jorge cuidaría de los pollos una vez hubieran llegado a Estados Unidos cruzando el desierto de Sonora, por Sonoita. “O sea que en realidad yo no haría nada, la parte difícil era cruzar el desierto y ya”.

cruzados1Sabemos que también es la parte más peligrosa y mortal al cruce de la frontera. Diariamente mueren indocumentados al perderse en el desierto sin agua ni alimentos.

El pollero descansaría en un hotel y regresaría por Jorge cuando los pollos partieran rumbo a su destino en Estados Unidos, pero Jorge tuvo problemas en el camino. “De pronto sentí dificultades para seguirles el ritmo, estaba muy cansado y no aguantaba el paso. Tuve que devolverme porque los pies los traía hinchados de tanta ampolla. No sé cómo la gente aguantaba tanto, apenas habíamos iniciado la caminata de ¡tres días! y ya me había quedado en el camino”.

Entre su plática hubo pausas. Fumaba, ordenaba otra cerveza. Su inquietud por los detalles lo obligaba a detener su testimonio. Ora hacía aclaraciones, ora se detenía a adivinar y resolver mis dudas. “El Pescado logró pasar a esa gente. Siguió así dos años más”, concluyó.

Según Jorge existen ciertos pasos a seguir en la ruta migratoria. Cuando hay polleros de por medio es más sencillo pero no necesariamente más seguro. El circuito de funcionamiento es básico: se contrata al pollero previa paga o adelanto, se organiza la ruta del cruce, se propone fecha de salida, contacto en Estados Unidos (cuando se los tiene). Al cruzar se organiza el levantón y finalmente la entrada a la ciudad destino.

El desencanto
Hemos visto que existen nuevas alternativas. Con tanta migración diaria el cruce se ha convertido en un asunto colectivo. La Bestia es otra opción para un sinnúmero de inmigrantes. Como sabemos, este tren permite el avance desde el sur del país. Representa un kilometraje seguro para quienes vienen del sur del continente.

“Me regresé porque no aguanté el paso. Estuve varado toda una noche. Esa parte del desierto de Sonoita no es seguro, de hecho es famoso por el peligro que se corre ahí”. Le pregunté por El Pescado.

“Le pasó lo que a mucha gente. Hasta el mejor granjero se le van las cabras. ¡Se perdió! ¡Con pollitos!", dijo. No se sabe qué ruta eligió, quizá se confundió al perder el camino y al verse aturdido por el desierto. Los pollitos se dieron cuenta.

cruzados2"Caminaban en círculos hasta que empezaron a dudar. Le preguntaban y exigían aclaraciones. Cuándo llegamos, cuánto falta, dónde estamos. Y El Pescado nada que respondía.

“Enojados, el grupo de indocumentados se confabularon contra el pollero. Los pollitos enojados le propinaron una golpiza que lo dejó inconsciente en pleno desierto. Sus hermanos lo buscaron durante meses hasta que apareció. Nadie se imaginaba que se iba a perder”.

Jorge pidió otra cerveza y prendió un cigarro. Al verlo pensaba en las personas que diariamente viven eso en carne propia. Pensaba en los cruzados. Nuestra gente que se va. Jorge conoce ese terreno porque ha vivido y ubica su intemperie. Conversamos buen rato, afuera había oscurecido.

“Mira, me dijo. La gente sigue pasando y pasando diario, miles de personas que creen que allá verán resueltas sus vidas, al mismo tiempo hay otras que cruzan legalmente, que se hacen ciudadanos. Pero se agotan los espacios, se achican las oportunidades. O se va frenando la migración o se derrama para otros lados… y lo que se derrama, se pierde…”

Prendió un cigarro, noté que se saboreaba las palabras. Estaba por contarme cómo regresó a México…

Yo dejé la botella vacía y ordené otra cerveza.

 

FOTOS: AGUSTÍN RAMOS

 

*Jonathan Conetl González es egresado de la Licenciatura en Letras por la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). Aunque es zacatecano actualmente vive en Mexicali donde realiza una investigación sobre el fenómeno migratorio. Terminó su primer libro de cuentos 'Palabras en primera persona' y el cuadernillo de poemas 'Distancias interiores'.