Sábado 20 Abril 2024

El chilango de la casa grande. Parte IV

frontera-2Parte IV: Metido en problemas   

Ya pasamos revista a los días que Sergio Daniel Benítez considera como capitulares en su vida, apenas un breve acercamiento. Son los días que él recuerda, el tiempo que determinó sus logros laborales y sus victorias personales que uno siempre tiende a recordar tan intensamente como las tristezas y las malas experiencias.

Nos platicó su condición laboral. Las tres partes que anteceden esta a entrega han recapitulado su trayecto, su historia como migrante. Primero el momento del cruce, el vía crucis que pasan todos los migrantes ilegales, luego la primera deportación y el nuevo intento. Hoy dedicaremos este espacio al recuento de los problemas en que se metió al aplicar el pillaje en el país vecino.

Tomamos varios vasos de té. Sergio estaba en su día de descanso y lo aprovechó para ver ‘Terminator II’.

-Está bien chila, siempre la veo-, dijo.

La película desarrollaba la escena en que Schwarzenegger, a bordo de su destellante Chopper, trata de librar al joven John Connor de las miméticas manos del Cyborg. Clásica escena. Como me la sé de memoria aproveché la impactante persecución para empezar el diálogo.

-Imagínate que te persigan así-, le dije.    

Tomó la coyuntura para comenzar a relatar: -Así no, pero sí me he sentido perseguido. Hay una cosa que no te he contado de cuando estuve en Estados Unidos-.

- ¿No me lo contaste?, cuestioné para invitarlo a que me platicara.

Más trabajo y más dinero: entrada a la droga
frontera-1- Lo que pasa es que allá estuve metido en problemas. Por eso también me desanimé mucho, aumentando mis ganas de regresarme a México. Fíjate, está cabrón. Uno no tiene necesidad de andar armando desmadre, haciendo escándalo. Pero hasta que no experimenta lo duro es cuando aprende.

Cuando llevaba 2 años trabajando en la compañía constructora empecé a consumir ice, hielo. Lo hice porque uno como migrante se aburre, no tienes acceso a muchas cosas necesarias para cualquier ser humano. El simple hecho de que no estás allá más que para trabajar ya te limita las condiciones de vida.

Tienes que adaptarte, sólo con el tiempo aprende uno a usar mejor el tiempo, a salir un rato a divertirte, a conocer gente, pero siempre lo más importante es el trabajo y el dinero que logras ahorrar.

Yo ya había conocido a mi expareja, vivíamos juntos y nos iba bien. Ella estaba tranquila. Ayudaba a su familia en Colombia, yo aquí en México. Cuando logré subir de rango en el trabajo le dediqué más tiempo. Me cansaba y éramos varios los que dedicábamos todo a la chamba.

Me di cuenta de que dentro del ambiente de trabajo había una relación entre algunos trabajadores que nadie más que ellos conocía. Reuniones y fiestas, cosas de esas.

Pero en el trabajo no comentaban nada al respecto como si se escondieran.

- ¿Al trabajar más tiempo y con más gente entraste a ese círculo, eso quieres decir?

- Sí. Ellos mismos me aceptaron. Consumían droga y me aplicaron esa de que para ser parte del grupo y cosas de esas. Entonces yo le entré. Al poco tiempo ya era consumidor.

Pero ese no fue el problema, sino el que al poco tiempo me convirtiera en ‘dealer’. La que compraba como consumo la revendía. Lo raro es que perdí la noción del tiempo. Pasaron varios meses en los que estuve consumiendo y proveyendo a mis compañeros, gozaba de fama y todos ahí, en ese subambiente, me conocían.

- ¿Duraste mucho tiempo?

- No, por fortuna. Cuando pasaron los meses me vi repleto de dinero. En el trabajo ganaba bien, cerca de 800 dólares semanales. Con el hielo le tiraba a los 2.500, mucha lana, pero me desubiqué.

fronteraViviendo rápido, perdiendo la meta
No sé cómo lograba organizar mi tiempo, recuerdo ese tiempo en cámara lenta. A veces estaba en el trabajo, salía e iba a algún bar a tomarme unas cervezas. Iba a comprar cosas, lo que se me antojara, me reunía con algún comprador. Era muy acelerado.

Pero me cayó el veinte cuando empecé a faltar al trabajo. No dormía y siempre andaba a las carreras. Un día me desperté. Eran las 8 de la mañana. Entraba a trabajar a esa hora y no podía justificar mi falta. Sonó el teléfono y era un excompañero. No tenía la menor idea de cómo había llegado ahí.

Pensé que apenas unos años atrás yo nunca me habría imaginado pasar algo así, llevar mi vida tan aprisa. Me sentí mal y todo ese desorden se me vino a la vista. Lo que había hecho. No me vas a creer, pero a mí no me cabía en la mente que hasta ese momento habían pasado 9 meses desde que empecé con esas ondas.

- ¿Qué hiciste?
Su plática fue intensa. Para ese momento no entendía la relación con la película. Su comentario de haberse sentido en una persecución.

- Me mantuve en silencio. Me quedé callado todo el tiempo, así sentía que el tiempo volvía a la normalidad. La gente me hablaba o buscaba en el trabajo. Yo solo asentía o contestaba el teléfono sin decir nada. Hablaba solo con mis jefes, con mi exesposa y mi hijo, muy poco, apenas sostenía una conversación.

Me entró duro la conciencia y caí en depresión. Pero salí y me comporté como si nada hubiera pasado. La gente que conocí sigue metida, no sé cómo estarán ahora. Supongo que siguen con el mismo ímpetu, con esa aceleración.

- Te sentiste perseguido.

- Sentí que iba muy rápido, que iba siguiendo algo que no conocía.

- ¿Una meta destructiva?-,  le ayudé.

- Ándale. Unos años atrás yo estaba en un ambiente completamente distinto. Hacía otras cosas, vivía otras cosas. Me sumergí en ese mundo en el que si no sabes tener tu meta es fácil perderte, empezar a trastabillar, porque las condiciones son difíciles, estás solo y muchas gente allá, migrantes, han perdido su meta que es mejorar su vida.

Se han ido al lado contrario y desperdician las oportunidades de hacer algo importante.

Me vi metido en problemas. Ahorita que vi al John Connor de Terminator, también está metido en problemas.

 

El chilango de la casa grande. Parte I  

Parte II: Vía crucis

Parte III: Días capitulares

 

FOTOS: JONATHAN GONZÁLEZ

* Jonathan Conetl González es egresado de la Licenciatura en Letras por la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). Aunque es zacatecano actualmente vive en Mexicali donde realiza una investigación sobre el fenómeno migratorio. Terminó su primer libro de cuentos 'Palabras en primera persona' y el cuadernillo de poemas 'Distancias interiores'.