Viernes 29 Marzo 2024

Internet: control y libertad

internet-1Internet se ha convertido en la última década no solo en un importante medio de comunicación y transmisión de cultura, sino principalmente en un sistema de relaciones entre los usuarios.

A partir de la detención de dos cibernautas en Veracruz acusados de terrorismo, parte del sistema político mexicano intenta construir diques alrededor de las relaciones de libertad que ofrece la red.

El primero de septiembre de 2011, en un acontecimiento único en México, fueron encarcelados dos usuarios de Twitter por enviar mensajes falsos sobre atentados de cárteles del narcotráfico en contra de instituciones educativas. María de Jesús Bravo Paloga y Gilberto Martínez Vera recibieron auto de formal prisión y fueron liberados 22 días después.

Algunos políticos mexicanos aprovecharon la coyuntura para poner el grito en el cielo y elaboraron frágiles discursos con el fin de intentar justificar la intención de la administración pública para controlar parte del contexto donde gira la sociedad conectada a Internet y sus innovaciones.

A nivel global algunos gobiernos han construido en la última década resistencias a las libertades de la red mediante mecanismos jurídicos o intolerantes como el filtraje severo, los problemas de acceso, la persecución de “ciberdisidentes” y la propaganda en línea.

De acuerdo con el Informe 2011 sobre los derechos de expresión en el mundo elaborado por Reporteros Sin Fronteras (RSF), los países más represivos de la red que merecen ser considerados “Enemigos de Internet” son Arabia Saudita, Birmania, China, Corea del Norte, Cuba, Irán, Uzbekistán, Siria, Turkmenistán y Vietnam.

Aquí algunos ejemplos de las últimas formas de control: en Australia el gobierno pretende instalar un sistema de filtraje de los contenidos de la red, mecanismo similar que ya funciona en parte de Rusia donde las autoridades buscan modelar el acceso a Internet según sus intereses políticos.

En Francia fue aprobada una ley para “filtrar” la web, a fin de dar una “respuesta gradual” a los usuarios para generar un “Internet civilizado”.

En Venezuela el gobierno elaboró a finales de 2010 un instrumento de control mediante la reforma a la Ley Resorte que sanciona a los empresarios distribuidores de Internet si los usuarios de la misma atentan contra las instituciones del Estado.

En Paquistán un juez llegó a ordenar el bloqueo total de Facebook porque representa una “inmoralidad” en contra de las tradiciones religiosas.  

También existen medidas de regulación de la red en Eritrea, Corea del Sur, Malasia, Sri Lanka, Tailandia, Bielorrusia, Rusia, Turkmenistán, Turquía, Bahreim, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Libia, Siria y Yemén.

El caso mexicano
javier-duarteEn México el conflicto gira en confundir el derecho informático, vinculado al gobierno digital, al uso de los datos personales, a la propiedad intelectual, al comercio electrónico y la seguridad informática, a los delitos cibernéticos, a la ergonomía y al teletrabajo, con los derechos civiles de utilizar la tecnología de acuerdo con los intereses personales.

El primero de septiembre de 2011, la jueza Beatriz Hernández dictó auto de formal prisión en contra de María de Jesús Bravo y Gilberto Martínez al considerar que los usuarios de Internet utilizaron Twitter y Facebook para enviar mensajes con fines terroristas y de sabotaje, sanciones establecidas en el Código Penal del Estado de Veracruz.

Las acusaciones tienen su origen el 25 de agosto cuando los tuiteros enviaron más de 30 mensajes donde alertaban a la población sobre supuestos ataques de cárteles del narcotráfico en contra de escuelas y la presunta muerte de varios niños.

El gobierno de Veracruz presentó una denuncia en contra de los cibernautas a quienes detuvo y acusó de haber generado una “psicosis” social que afectó la vida “normal” de la comunidad.

El mismo día del arresto de los internautas, Amnistía Internacional emitió un comunicado donde consideró injusta la detención, además de calificar los procesos judiciales como ilegales. A lo anterior se suma una acusación desproporcionada: terrorismo. Dicho término ubica a los cibernautas a la altura de integrantes de organizaciones extremistas como Al Qaeda.

En las imputaciones en contra de los tuiteros no se tomó en cuenta el contexto, es decir, las falsas versiones que circulan en Veracruz sobre la narcoguerra no tienen como fin el sabotaje o el terrorismo, sino que son desencadenados a partir del miedo que viven las personas y pueden convertirse en verdades falsas ante los vacíos informativos que deja el mismo Estado.

Este error de comunicación institucional se registra en la mayor parte del país.

En otras entidades como Nuevo León, Tamaulipas, Morelos, Aguascalientes, Zacatecas, Jalisco, San Luis Potosí, Michoacán, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila o Durango, los rumores relacionados a la violencia que se registra en México continúan circulando por Internet y los medios de comunicación tradicionales.
 
internet-2A raíz del caso de los tuiteros, el gobernador de Veracruz, el priista Javier Duarte de Ochoa, a través del Congreso local logró la aprobación el pasado 20 de septiembre de la llamada “Ley de Perturbación” que tipifica como delito la inestabilidad social a través de rumores generados en las redes sociales.

La propuesta incluye la modificación al artículo 373 de la legislación penal local, la cual establece que se impondrá cárcel de uno a cuatro años y multa de 500 a mil días de salario a quien utilizando Internet provoque una alarma social.

Los legisladores de Veracruz tal vez olvidaron que el poder de las nuevas tecnologías tiene la posibilidad de hilvanar cualquier experiencia humana (ya sea narrativa como en el caso del soporte tradicional del conocimiento y ahora bajo el sistema multimedia también existe la posibilidad de incluir sonido e imagen en movimiento) en un entramado de recorridos sin caminos establecidos, sin un estado-físico, sin rutas que tomar ni estaciones establecidas.

¿Quién determina el uso de la propia red, el poder político o la individualidad? Si bien es necesario establecer diques sobre algunos temas como la pornografía infantil, los usuarios son responsables de sus propias conductas en la red.

Siguiendo los pasos del caso de Veracruz, en otros estados como Tabasco fue modificado el Código Penal en su artículo 312 para considerar un delito los “rumores” que se difundan por Internet y generen pánico entre la población.

La sanción máxima es de seis años de prisión y una multa de 300 salarios mínimos. La iniciativa contempla la creación de un equipo policiaco para buscar entre los usuarios de Internet a quien cometa algún ilícito.

En Coahuila, Estado de México y a nivel federal, algunos políticos han aprovechado el caso de Veracruz para proponer que sean reguladas las acciones de los cibernautas en las redes.  

Sin embargo, pierden de vista que la sociedad informacional y sus consecuencias en la vida humana están ligadas al contenido de la información y a los usos de la red. Son un nuevo paradigma de socialización, un campo amplio de investigación y un tema que deberá ser atendido por las instituciones y los gobiernos para generar mayores libertades o posibilidades de desarrollo colectivo e individual.

Nueva comunicación
noticiasAdemás de la teoría crítica y mediática, el desarrollo del pensamiento hermenéutico sobre las formas simbólicas permite interpretar el papel que juegan los medios de comunicación tradicionales (radio, televisión, prensa y cine) en el control ideológico.

Dentro de esta perspectiva los medios son considerados un poder simbólico que procede de la actividad productiva, transmisora y receptora de formas significativas. Sin poder jurídico alguno, los medios se han levantado como un poder de presión social y un ministerio más de cultura.

La comunicación de masas puede ser interpretada como la difusión de bienes institucionales y simbólicos. Tal propiedad está ligada a herramientas institucionales de difusión, al consumo de la producción mediática, al contexto de recepción, a la disponibilidad de las formas simbólicas en el espacio y el tiempo así como a su circulación pública.

Tal devenir alteró el sentido del pasado: “El desarrollo de los medios de comunicación ha dado lugar de esta manera, a lo que podríamos describir como una “historicidad mediática”: nuestra percepción del pasado, y nuestra percepción de las maneras en que el pasado afecta a nuestra vida actual, depende cada vez más de una creciente reserva de formas simbólicas mediáticas”.

Retomando el poder de producción, circulación y consumo, ligando el marxismo con la sociología, Pierre Bourdieu llega a plantear un nuevo enfoque de análisis sobre el sistema de los medios tradicionales y el poder simbólico que ejercen sobre los consumidores.

Al unir el plano simbólico-cultural con el espacio económico-social, atraviesa un nuevo empirismo de preguntas, donde el poder (simbólico) reproduce y define lo social mediante la hegemonía de la clase dominante sobre el plano de la cultura.

El acceso a los medios de comunicación tradicionales es determinado por las dimensiones económicas y de poder: “Every day the media sustain their status as the legitimate controller of access to public existence, not just for politicians but for many other types of social actor”. El acceso a la comunicación mediante Internet es muy diferente a los modelos tradicionales.

La Escuela de Toronto, representada entre otros autores por Harold Innis y Marshall McLuhan, analizó desde sus orígenes el fenómeno de la comunicación desde un nuevo postulado diferente a lo propuesto por paradigmas como la teoría crítica.

Con una visión futurista la Escuela de Toronto introdujo el término de tecnología para explicar el cambio y desarrollo de los procesos sociales, incluyendo los cambios políticos y de participación ciudadana. Es decir, más que el medio como sistema de comunicación, es la tecnología la que transforma las estructuras establecidas.

Con un análisis histórico-económico, Innis consideró que los cambios culturales acelerados que se han vivido en Occidente se deben en parte al desarrollo de nuevos medios de comunicación ligados al conocimiento.

Esta hipótesis precursora adelantaba lo que ahora vivimos: Internet como tecnología generadora de innovaciones. Innis consideró que las “tendencias” en el campo de la comunicación son las responsables de los cambios sociales en su organización.

No es de extrañar que la Sociedad de la Información y el Conocimiento esté generando una nueva cultura virtual a partir de la unión comunicación-tecnología.

Mediante un recorrido histórico por los imperios de Egipto, Sumeria y Babilonia, hasta Roma, Oriente y el siglo XIX, Innis explicó la relación que tiene el desarrollo de alguna técnica o tecnología ligada a la comunicación y sus efectos devastadores en las estructuras tradicionales de poder.

Es lo que hoy presenciamos: los cambios tecnológicos afectan a los Estados y modifican las formas democráticas, ante lo cual el poder político reacciona para mantener el orden establecido.

La influencia que un medio de comunicación tenga sobre la distribución del conocimiento depende de dos factores: el espacio y el tiempo.

El primero es considerado un “medio pesado” que pretende centralizar el poder, es aquel que conduce a la expansión de un territorio o al dominio de otro, como es la revolución de la imprenta y actualmente el desarrollo tecnológico detonado por la electrónica.

En tanto, el “medio ligero” está determinado por el espacio y es abierto, es decir permanece en la cultura, en la tradición oral y en la comunidad: “The bias of modern civilization incidental to the newspapers and the radio will presume a perspective in consideration of civilizations dominated by other media”.

McLuhan retomó el trabajo de Innis para crear nuevas premisas en la construcción de una renovada teoría social de los medios. Creía que las extensiones de la conciencia humana se proyectaban hacia el medio de todo el mundo a través de la electrónica, empujando a la humanidad hacia un futuro robótico.  

Este cambio de análisis teórico permite diferenciar a los medios de comunicación tradicionales como formas de poder simbólico, de las nuevas tecnologías de Internet.

La comunicación horizontal que ofrece la red contrasta con el modelo vertical que había dominado la comunicación de masas en los últimos 100 años.

Ahora cada usuario puede ser productor y transmisor de información dirigida a una persona, a un colectivo específico o a la propia galaxia de Internet. Esta posibilidad tecnológica permite una mayor libertad de la sociedad en la construcción comunicativa, tanto en el contexto de las libertades informativas como en el desarrollo de su propia identidad (Ver Etcétera 130).

Paralelo al campo laboral-económico e institucional, la vida diaria de las personas, la familia y las comunidades están sufriendo transformaciones generadas por la nueva revolución tecnológica.

Las relaciones humanas conforman un nuevo ciudadano-usuario de la tecnología que transita por la red, los chat y los foros, estableciendo relaciones humanas virtuales.

Neutralidad y control
informaticaA lo largo de la historia han sido documentados casos concretos donde la ciencia ha determinado el rumbo tecnológico y también cómo los nuevos artefactos han generado a su vez cambios en las estructuras sociales, aunque hay que advertir que no todos los inventos han sido importantes y tampoco se pude aceptar una historia de la tecnología del antes y del después de la historia.

Langdom Winner, uno de los filósofos de la tecnología más importantes en la actualidad, en su célebre ensayo “Los artefactos tienen política” -publicado en el libro La Ballena y el Reactor- pone en jaque la idea convencional de que los artefactos técnicos son inherentemente neutrales desde un punto de vista político o valorativo.

Winner demuestra a través de algunos casos muy simples, cómo algunas tecnologías pueden ser inherentemente políticas.

Winner afirma que los artefactos tecnológicos no son neutrales. Plantea que “está en discusión el tema de que las máquinas, las estructuras y los sistemas de la cultura material moderna pueden ser juzgados igualmente no solo por su contribución a la eficiencia y productividad y por sus efectos secundarios ambientales positivos y negativos, sino también por la manera en que pueden encarnar formas específicas de poder y autoridad”.

Para el filósofo de la tecnología “deberíamos prestar mayor atención a los objetos técnicos en sí mismos no significa que podamos ignorar los contextos en los cuales se sitúan dichos objetos.

“Es muy posible que un barco en el mar requiera, como insistían Platón y Engels, un solo capitán y una tripulación obediente. Pero un barco fuera de servicio, anclado en el puerto, solo necesita un vigilante.

Entender qué tecnologías y qué contextos son importantes para nosotros, y por qué es una tarea que debe abarcar tanto el estudio de sistemas técnicos específicos y su historia, como una minuciosa comprensión de los conceptos y controversias de la teoría política.

“En nuestro tiempo las personas a menudo están dispuestas a realizar cambios drásticos en su forma de vida para dar cabida a la innovación tecnológica mientras que se resisten a cambios similares que se justifican en el terreno político”.

Existen ejemplos en la historia de la evolución tecnológica donde se demuestra un origen político en su construcción o utilización.

El transporte supersónico desarrollado en Europa y Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en una lucha entre gobiernos-empresas para ganar el mercado de los vuelos comerciales.

En 1968 se sumó a la batalla tecnológica la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y generó una crisis la época de la Guerra Fría.

Una constante en las decisiones políticas de la comunicación las encontramos en el nacimiento de la litografía (1812), la fotografía (1836), el cine (1895), la radio (1902) y la televisión (1930-1936), que surgieron como parte de la experimentación pero pronto terminaron siendo orientadas al mundo del capital.

Lo mismo se puede decir del proyector de cine, pasando por la lucha del mercado que desataron las empresas Sony y JVC por imponer una tecnología a la cultura audiovisual occidental o los formatos establecidos en los albores de la televisión digital y la guerra por adoptar un nuevo sistema global de radio.

En México ocurrió un caso similar con la innovación de la televisión a color, desarrollada por Guillermo González Camarena, quien logró en 1940 la primera transmisión en su laboratorio antes de que dicha técnica apareciera en Estados Unidos.

Las investigaciones fueron financiadas por instituciones públicas, pero ante la falta de fondos el proyecto tuvo que ser patrocinado por la iniciativa privada, como actualmente ocurre con el desarrollo científico de nuevos medicamentos y los conglomerados económicos que respaldan las investigaciones.

González Camarena patentó sus investigaciones en 1940, 1960 y 1962, incluyendo pruebas de circuito cerrado con fines experimentales, comerciales y educativos (1946-1950) y la primera transmisión a color en televisión abierta (1963).

Finalmente, el sistema llamado “bicolor simplificado” nunca fue utilizado como norma técnica mexicana. Debido al interés del sector económico, el gobierno prefirió adoptar el sistema de Estados Unidos como norma televisiva.

Para al historiador de tecnología, David Franklin Noble, esta divergencia de fines se debe a que: “cuando la gente se pregunta por qué las tecnologías parecen ser tan poco adecuadas a las necesidades humanas y sociales, asumen que es por la codicia y el deseo de poder que motivan las personas que las diseñan y las utilizan.

Ciertamente esto tiene mucho que ver, aunque no es toda la historia. En un sustrato cultural más profundo, estas tecnologías no se acercan a las necesidades humanas básicas porque, en el fondo, nunca han pretendido acercarse realmente a ellas”.

Un extremo del control de los artefactos por parte de los sistemas de poder es la tecnología autoritaria, centrada en un sistema poderoso, como el político-coercitivo que ha generado el desarrollo de la carrera militar.

Un ejemplo de tecnología autoritaria inherente a decisiones políticas fue la creación de la bomba atómica.

En 1930 el gobierno estadounidense comenzó a reclutar a físicos jóvenes para crear una asociación de trabajo que posteriormente se conocería como Proyecto Manhattan, el plan de ingeniería más grande de la historia.

Lejos de la “opinión pública”, solo un grupo selecto de científicos y miliares tuvo acceso al plan militar que se construyó en secreto.

El 16 de julio de 1945 en Trinidad de Alamogordo, Nuevo México, se detonó la primera bomba atómica. La carrera de la tecnología nuclear-militar había comenzado como una decisión eminentemente política.

Casos como el estribo del caballo y su influencia en un contexto histórico que precipitó la Edad Media, o la máquina de vapor y la química como detonantes de la Revolución Industrial, son ejemplos de la influencia que puede ejercer la tecnología sobre la sociedad, pero también de la sociedad sobre el uso de los artefactos.

Ante el panorama de posibilidades que ofrecen en la actualidad las nuevas tecnologías valdría la pena retomar tres consideraciones:

  • Las tecnologías son originadas por alguna esfera del poder, por lo tanto no son autónomas en su creación. La neutralidad tecnológica es puesta en entredicho conforme exista un mayor control sobre el artefacto por parte de algún sistema de poder.
  • Las tecnologías son empleadas como mecanismos de orden social. Así los medios de comunicación tradicionales se convirtieron en extensiones del pensamiento dominante o bien la arquitectura de las ciudades constituye una forma de ordenar el espacio civil.
  • Las tecnologías se constituyen en formas de vida inconsciente o consciente donde las sociedades son las que eligen las estructuras técnicas que a su vez influyen en las formas de comunicarse, viajar, consumir, etcétera. La tecnología no determina el uso, sino el usuario determina su fin.

Por lo anterior el uso de Internet y las innovaciones técnicas desarrolladas en los últimos 30 años si bien provienen de esferas del conocimiento, su uso social ha sido independiente de las decisiones políticas: los internautas emplean la red de acuerdo con sus necesidades.

A diferencia del control que ejerce el poder económico y político sobre los medios de comunicación tradicionales, la participación social en la red intenta escapar a las medidas coercitivas y manifestar sus posturas sobre los más variados temas.

Resultaría contrario al espíritu del conocimiento y de la propia tecnología, que el sistema político intente regular Internet a partir del uso social.

Tampoco podrá controlar el desarrollo tecnológico de la red dado que las esferas que lo producen se encuentran en el poder económico global.

En todo caso, estaríamos hablando del autocontrol o autorregulación de la propia red a partir de los usuarios y no de la intervención del poder político sobre la libertad de los contenidos.


*Texto original publicado en la Revista Etcétera (www.etcetera.com.mx)
Autor: Especialista en Sociedad de la Información y el Conocimiento por la Universidad Oberta de Cataluña. Autor del libro “Zacatecas y la Sociedad Internet”.

 

FOTOS: OSVALDO MARTÍNEZ Y CORTESÍA