Jueves 28 Marzo 2024

La mutación de las cúpulas partidistas

¿Cómo repercutirá el cambio de las dirigencias nacionales de los partidos Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática y Acción Nacional en Zacatecas? ¿Cuáles serán las modificaciones que tendrán que aceptar los liderazgos locales, producto de las malas o buenas relaciones con los nuevos protagonistas?

Estas son solo 2 preguntas obligadas que tanto gobernantes como dirigentes zacatecanos deben hacerse, aunque seguramente –más les vale– ya se las hicieron y ya estarán tomando algunas previsiones sobre el escenario de sucesión gubernamental que se vive en el estado.

Para algunos observadores de la política aldeana zacatecana, el arribo de Manlio Fabio Beltrones a la dirigencia nacional priista en sustitución de César Camacho modificará el actual escenario para subir a la mesa de la sucesión al secretario de Desarrollo Económico del gobierno del estado, Adolfo “Fito” Bonilla Gómez y al diputado del Verde, Tomás Torres Mercado, por la relación de mayor cercanía que sostuvieron con quien fuera su coordinador de la fracción parlamentaria tricolor en la LXII Legislatura en San Lázaro.

Lo anterior no es definitivo pero son las lecturas que se desprenderán de la llegada del político sonorense, de una larga trayectoria política, que alcanzó su punto máximo durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, quien lo designó subsecretario de Gobernación y que después del asesinato del candidato priista a la presidencia de la República Luis Donaldo Colosio Murrieta lo llamara para que hiciera una de las entrevistas políticas más importantes de aquel trágico episodio al asesino del sonorense, Mario Aburto.

En esta lectura quien queda también estratégicamente vinculado al sonorense es el senador Alejandro Tello Cristerna, aunque no de manera directa pero sí de forma tangencial por la relación que ha consolidado con su coordinador de bancada en el Senado de la República, el yucateco Emilio Gamboa Patrón, otro de los salinistas integrantes del círculo político del polémico exmandatario del país.

La fuerza política que se aglutina en torno a la figura, trayectoria y relaciones de primer nivel con los grupos que han dominado el escenario público nacional se traduce en la capacidad de decisión que tendrá Manlio Fabio Beltrones en la designación de los próximos candidatos a las 12 gubernaturas a renovarse en 2016.

¿Cuál será la capacidad o influencia que tendrá el gobernador Miguel Alonso Reyes en la designación del candidato priista que podría ser su sucesor?

Sin duda que ello dependerá de su relación política e institucional que sostenga con el sonorense, con quien compartió momentos difíciles en la toma de decisiones, puesto que cuando llegó el momento de definir el apoyo al candidato presidencial priista, Miguel Alonso Reyes lo hizo a favor de Enrique Peña Nieto, durante su primer informe de gobierno al que también había invitado a Beltrones, a la sazón coordinador de la fracción priista en el senado de la República y aspirante también en ese momento a la candidatura presidencial.

En las izquierdas zacatecanas el panorama se ha complicado y contradictoriamente simplificado, porque el candidato con mayor preferencia en las mediciones demoscópicas en este momento es el senador David Monreal Ávila, pero está claro que registra oposición al interior de una expresión dirigente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que encabeza Luis Medina Lizalde.

La visita que hizo el jueves pasado a Zacatecas el fundador y líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, dejó en claro que el actual senador petista será el abanderado de ese partido político en el estado el próximo año, puesto que le manifestó su confianza y apoyo para ser el promotor de la Soberanía Nacional de esa expresión política en Zacatecas.

En la conferencia de prensa que dictó López Obrador ese día dejó en claro que la convocatoria a la unidad de las izquierdas se dará con las bases de los partidos progresistas zacatecanos y no con las cúpulas dirigentes, las cuales muestran una debilidad que no tiene precedentes en el estado. La crisis del PRD, por ejemplo, ahondó la orfandad de este partido político cuyo dirigente, Arturo Ortiz Méndez, decidió jugar en contra de la corriente política zacatecana denominada “Monrealismo” y tender puentes de negociación con el priismo y la administración estatal.

El Partido de la Revolución Democrática que llegó al poder en Zacatecas de la mano de Ricardo Monreal (1998-2004) y después refrendó con Amalia García Medina (2004-2010) está a punto de regresar a sus niveles de comportamiento electoral que lo acompañaron durante sus años de oposición y que oscilaban en el 12 y 14 por ciento de aceptación electoral.

Por otro lado, el Partido Acción Nacional, que nunca ha obtenido un triunfo electoral por la gubernatura, ha ido perdiendo su voto duro en el estado y cediendo posiciones en el escenario zacatecano a causa de las disputas por la supremacía en el Comité Directivo Estatal albiazul y la cerrazón de sus corrientes dominantes que impiden el acceso de nuevos perfiles que refresquen la propuesta electoral y dirigente.

En la actualidad el panismo zacatecano atraviesa por una de sus mayores crisis dirigentes, puesto que a estas alturas de la sucesión gubernamental carece de liderazgos que pudieran ofrecer una propuesta atractiva para el electorado en el estado, por lo que ha acelerado su acercamiento con el perredismo estatal para consolidar una alianza en los comicios del próximo año.

La mutación en las cúpulas partidistas tendrá sus efectos en el corto plazo, en la adelantada sucesión gubernamental que se vive en Zacatecas.

Al tiempo.


*Director general de logo portico