Cada vez son más los días que presentan bajas temperaturas y aunado a ello, la necesidad de generar calor en el lugar donde se habita. Pero puede ser mortal al hacerlo por medio de estufas de gas, anafres, braceros, uso de leña, entre otros, ya que representa un riesgo importante para la salud y la vida.

El monóxido de carbono producido por el uso de ellos, puede derivar en problemas con respecto al oxígeno necesario para el cuerpo, pues al no tener un escape libre, este gas tóxico ingresa al organismo y comienza a circular  hasta dañarlo.

“Los principales órganos que se afectan, son el cerebro y el corazón. El monóxido de carbono circula en los pulmones y de los pulmones se va a la sangre, y al no haber oxígeno en la sangre, las células empiezan a fallar”, alertó Mayra Esqueda Pérez, coordinadora de Vigilancia Epidemiológica,  adscrita a la Delegación Zacatecas del Instituto mexicano del Seguro Social (IMSS).

Los primeros síntomas que se generan por este problema, son:

• Debilidad
• Cansancio
• Tendencia al sueño
• Dolor de cabeza
• Náuseas
• Vómito
• Dolor de pecho
• Pulso acelerado
•  Luego se genera la inconsciencia, convulsiones y lo más lamentable, la muerte.

Quienes buscan calentar su hogar con este tipo de medios, arriesgan su vida, ya que este gas tóxico no se detecta, no tiene olor, ni color, ni sabor, no genera irritación ni en ojos,  ni en nariz, pero si genera la muerte por envenenamiento.

Lo más recomendable es que si se desea generar calor, se haga a través del uso de calentadores eléctricos, sin abusar de ello y tener cuidado al salir a la intemperie, pues el cambio brusco de temperatura puede ser un factor que genere enfermedades respiratorias.

Lo mejor es abrigarse adecuadamente, para evitar hipotermias, y seguir las recomendaciones de los especialistas, pues entre menos uso se le dé a los aparatos eléctricos y se deje de lado la opción de generar fuego para calentarse, se reducirán riesgos a la salud.

FOTO: CORTESÍA

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